viernes, 25 de septiembre de 2015

Humedales de la República Argentina





¿Qué son los humedales?

El término humedal se utiliza para denominar áreas que permanecen en condiciones de inundación o, por lo menos, con su suelo saturado con agua durante períodos de tiempo considerables. Si bien en este término se incluyen una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas. El agua de los humedales puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. El régimen hidrológico puede ser muy variable en cuanto a la frecuencia e intensidad de la inundación y la permanencia del agua. Los humedales se distinguen también por las características particulares de sus suelos, y por la presencia de plantas y animales adaptados a las condiciones de inundación o de alternancia de períodos de anegamiento y sequía. De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre los sistemas acuáticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y funcionales propias, que los diferencian de unos y otros. Los humedales incluyen un amplio espectro de ecosistemas distribuidos a lo largo de todo el planeta, desde los trópicos hasta las zonas frías de altas latitudes y desde el nivel del mar hasta las altas cumbres. Abarcan una proporción considerable de la superficie del planeta estimada en 1.280 millones de hectáreas (aproximadamente el 9 % de la superficie terrestre).

Existen muchas definiciones del término humedal, algunas basadas en criterios principalmente ecológicos y otras más orientadas a cuestiones vinculadas a su manejo. La Convención sobre los Humedales los define en forma amplia como: “Las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. En esta definición quedan incluidos todos los ambientes acuáticos continentales y la zona costera marina.

¿Por qué es importante conservar los humedales?

Las civilizaciones humanas se han concentrado durante más de 6.000 años en los valles fluviales y las llanuras costeras donde abundan los humedales. Estos ecosistemas, con sus ricos recursos naturales, han sido decisivos para el desarrollo y la supervivencia de la humanidad. Los ecosistemas de humedales desempeñan funciones de las cuales se derivan enormes beneficios (bienes y servicios) para la humanidad y realizan una contribución fundamental a la salud y el bienestar humano. Entre ellas se pueden mencionar el almacenamiento de agua, la regulación de caudales (acumulan y retienen agua en épocas de crecientes), la recarga de aguas subterráneas, la fijación de dióxido de carbono y la retención y exportación de sedimentos y nutrientes. Las plantas absorben los nutrientes del suelo y el agua y los almacenan en sus tallos, hojas y raíces. Además, en las lagunas y llanuras de inundación donde se encuentran densas formaciones vegetales, como los lechos de juncáceas, también actúan como barreras físicas que frenan el agua y retienen los sedimentos. La retención de sedimentos y nutrientes aumenta la fertilidad y productividad natural de las llanuras inundables y contribuye a mejorar la calidad del agua. En los últimos años se ha incrementado la comprensión y documentación de las múltiples funciones que desarrollan los ecosistemas de humedales y de la importancia que tienen para la humanidad. Estos beneficios muchas veces no son reconocidos adecuadamente, por lo que se han llevado adelante diversos estudios para calcular su valor económico. A nivel mundial, los servicios prestados por los humedales han sido valorados en 14 billones de dólares anuales. Gracias a que cada vez se entienden mejor los beneficios económicos que brindan los humedales, en algunos países se ha logrado destinar cuantiosos fondos a la restauración de ecosistemas de humedales y la rehabilitación de sus funciones hidrológicas y biológicas destruidas o degradadas.

Bienes y servicios que brindan los ecosistemas de humedales:

→Los humedales y la diversidad biológica:
Los humedales comprenden un área relativamente pequeña de la superficie de la Tierra en comparación con otros ecosistemas. Sin embargo, muchos humedales son sumamente ricos en biodiversidad y muchas especies de plantas y animales dependen completamente de ellos para sobrevivir. En conjunto, alrededor de 100.000 especies de animales diferentes han sido identificadas hasta el momento sólo en los humedales de agua dulce del mundo. De ese número, más o menos la mitad son insectos, y unas 20.000 son vertebrados. Se descubren nuevas especies continuamente; por ejemplo, cada año se descubren unas 200 especies de peces de agua dulce. Algunos humedales poseen una alta proporción de especies endémicas: animales y plantas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
→Valores culturales de los humedales:
Los humedales, como proveedores de agua y muchos otros bienes y servicios, también han sido muy apreciados a lo largo de la historia de la humanidad. En muchas regiones del mundo se ha desarrollado un rico y diverso patrimonio cultural en los humedales y en torno a ellos. Uno de los mayores desafíos que enfrentan la conservación y el uso sostenible de los humedales es garantizar que ese patrimonio se reconozca y valore adecuadamente.
→Productos de los humedales: 
Los humedales generan gran variedad de productos de plantas, animales y minerales que son utilizados por personas de todo el mundo. Los productos de los humedales varían desde los alimentos básicos como el pescado, hasta la madera de construcción, leña, aceite vegetal, sal, plantas medicinales, tallos y hojas para la fabricación de tejidos, y forraje para animales. La intensidad y escala con que se cosechan y emplean esos productos varía enormemente, pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya intensidad de producción es reducida, hasta explotaciones comerciales intensivas. El pescado, quizá el producto de los humedales más importante a nivel mundial, es la principal fuente de proteína de 1.000 millones de personas y representa al menos el 15% de la proteína animal en la dieta de otros 2.000 millones de personas. Los humedales continentales y costeros juegan un papel fundamental como sustento de los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
→Los humedales y el turismo:
La belleza natural y la diversidad de la vida animal y vegetal de muchos humedales hacen que sean lugares de destino turístico y recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos apreciables a partir del turismo y la gama de actividades que ofrecen.  
→Control de inundaciones: 
Los humedales desempeñan un importante papel en el control de las inundaciones. Pueden actuar como esponjas, absorbiendo el agua de las lluvias y las crecientes de los ríos, y permitiendo que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación, reduciendo con ello la velocidad y el volumen del agua que fluye aguas abajo.
→Estabilización de costas y protección contra tormentas:
Las marismas salobres y otros humedales costeros sirven como primera línea de defensa contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las raíces de las plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de los deltas, la sedimentación permite la creación de nueva tierra. 
→Reposición de aguas subterráneas:
El agua subterránea representa el 95% del agua dulce disponible en el planeta y es fuente de agua potable de casi un tercio de la población mundial. Muchos ecosistemas de humedales tienen un papel esencial en la regulación de la cantidad y calidad del agua subterránea. Cuando se encuentran situados sobre sedimentos y rocas permeables, el agua que retienen se filtra a través del suelo y recarga los acuíferos. A su vez, el agua subterránea constituye un aporte fundamental para muchos humedales.
→Depuración de aguas:
Además de retener sedimentos y nutrientes, muchos ecosistemas de humedales pueden eliminar sustancias tóxicas procedentes de plaguicidas, derrames industriales y actividades mineras. Por ejemplo, los tejidos de algunas plantas flotantes, especialmente las de los géneros Eichhornia (jacinto de agua), Lemna (lenteja de agua) y Azolla sp. (helecho de agua) son capaces de absorber y ‘almacenar’ metales pesados, como el hierro y el cobre, contenidos en las aguas residuales.
→Abastecimiento de agua:
Como resultado de la retención y el almacenamiento de agua, la misma está disponible para consumo humano, riego, etc.
→Los humedales y el cambio climático: 
Los humedales desempeñan funciones críticas en la mitigación de los efectos del cambio climático. Por un lado, sirven de importantes almacenes o sumideros de carbono y por ende su destrucción libera gases de efecto invernadero, en tanto que su restauración y creación se traduce en la retención de más carbono. Por otra parte los humedales cumplen un rol fundamental en la amortiguación física de los impactos del cambio climático, ya que disminuyen el efecto de las tormentas y las inundaciones. Suelo de Bañado Marisma Camalote Sistema de bombas para riego  

Situación y tendencias de los humedales

A pesar de la importancia que tienen los humedales para la humanidad, la existencia de muchos de estos ambientes se halla comprometida. Si bien no existe información suficiente para documentar la pérdida de humedales a nivel mundial, se estima que su degradación y pérdida está ocurriendo más rápidamente que la de otros ecosistemas. Igualmente, el estado de las especies de agua dulce y, en menor grado de las marino-costeras, se está deteriorando con mayor rapidez que las especies pertenecientes a otros tipos de ecosistemas. El aumento de la población, el desarrollo de la economía y el suministro de energía sin aplicación de criterios integrales de ordenamento ambiental y sustent - abilidad han sido los principales generadores indirectos de degradación y pérdida de ríos, lagos, pantanos de agua dulce y otros humedales continentales. En tanto, los principales generadores directos incluyen el desarrollo de infraestructura, la conversión de las tierras para diferentes usos (por ejemplo, agrícola, ganadero, forestal o urbano), la contaminación, la sobreexplotación, la introducción accidental o deliberada de especies exóticas invasoras y la extracción de agua. A escala global la cantidad de agua retenida en represas es cinco veces mayor que el volumen de todos los ríos del mundo; en el hemisferio norte la masa de agua concentrada en endicamientos es tan grande que ha causado cambios medibles en el giro del planeta y su campo magnético. Es muy probable que las modificaciones en los caudales se vean exacerbadas por el cambio climático global, lo que contribuirá a aumentar la pérdida de la diversidad biológica y la degradación de los humedales, incluidas especies que no pueden desplazarse y las especies migratorias que dependen de una serie de humedales localizados en diferentes sitios de su ruta migratoria. La destrucción de los humedales está conduciendo a una reducción de los servicios que proporcionan estos ecosistemas, al tiempo que se prevé un aumento de la demanda de los mismos. De continuar esta tendencia, traerá aparejada una reducción del bienestar humano, especialmente en los países en vías de desarrollo que no disponen de recursos suficientes para revertirla.

Los humedales de la Argentina:

La gran extensión de nuestro país y su variación latitudinal y altitudinal determinan la existencia de una gran diversidad y riqueza de humedales, que incluyen lagunas altoandinas, mallines, turberas, pastizales inundables, bosques fluviales, esteros, bañados y marismas, entre otros. Se estima que cerca del 23% de la superficie de la República Argentina está ocupada por humedales. Sin embargo, la distribución de los humedales no es regular en todas las regiones. En el noreste del país hay una gran abundancia de ambientes acuáticos, asociados a los ríos de la Cuenca del Plata. En cambio en las zonas áridas y semiáridas como la Puna y la estepa patagónica, el agua suele ser una limitante para el desarrollo de la vida y las actividades humanas. En estas zonas los humedales se localizan principalmente en los valles de los ríos, depresiones y al pie de las sierras y montañas.







El concepto de uso racional

La filosofía de la Convención de Ramsar gira en torno al concepto de “uso racional”. El uso racional de los humedales se define como “el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la implementación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible”. En términos prácticos, el concepto de “uso racional” de la Convención de Ramsar equivale al de “uso sostenible”. Las características ecológicas son la combinación de los componentes, procesos y beneficios / servicios del ecosistema, que caracterizan al humedal en un determinado momento. Esta definición reconoce que los humedales son sistemas complejos y enfatiza las relaciones entre los componentes ecológicos, sus procesos o interacciones y los beneficios o servicios que brindan. De acuerdo al Artículo 3.1 de la Convención de Ramsar, las Partes Contratantes deben elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca, en la medida de lo posible, el uso racional de los humedales de su territorio.
















Video informativo que resume la idea de "Humedales":







Fuente: http://www.ambiente.gov.ar/archivos/web/GTRA/file/Humedales/Humedales_8112012.pdf

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